lunes

...y si no nos volvemos a ver

Ella le miró con ternura aguada en sus ojos, él la cogía de la mano como queriendo llevarla consigo. El viaje los alejaba, y a cada kilómetro de distancia, una lágrima de desazón invadía sus almas. El largo camino de vuelta se haría mas duro, con más dudas; pero ella siempre fue fuerte, y con un arrojo enorme, besó a su amado, dejando que su pañuelo callera al suelo por el viento. Miró el vagón que ahora se movía con su amor dentro. - No me olvides- gritó ella.

Él, cogiendo el pañuelo del suelo, respondió: el dia que tu vuelvas, estaré aquí para recordarte, que siempre te amaré.

Ella nunca volvió, pero él, cada mañana se acercaba a la via del antiguo tren de cercanías, para verla venir. Entre sus manos, un pañuelo raído, que perdió su olor el dia que recibió la última carta de su amor. Y en la mente una frase que nunca llegó a decir de nuevo: te amo.