miércoles

Re-silence

Liras al despertar, noche oscura en el cielo del alma. Velo del paladar angustiado por la ausencia de saliva ajena; venas hinchadas de ti, blanca, pura, n�ctar muerte y dura.

Giros sin movimiento, silencio y soledad, calma, atajo hacia el asco. Miedo de mi, de lo que puedo llegar a decir de mi mismo; adolescente eterno interno en el debate sobre que soy, quien deber�a de ser, qu� deber�a de querer ser; y mientras tanto, gritos, odio, metal pesado.

Mis manos est�n fr�as, nadie las calienta. Pero yo, me mantenfo firme en la tierna seneptud del joven hastiado.