miércoles

Otra ma�ana m�

LA AVENTURA DE CADA MA�ANA

Huyo de tu cama, peque�a y desinflada, con cuidado de no despertarte.
Me aferro a la s�bana blanca y comienzo a descender, despacio, despacio�para evitar tropezar y estamparme contra el suelo.
En mi camino hacia el ba�o me cuelo en tu zapatilla, tan inmensa y oscura en su fondo. Me desespero� Salto y me aferro al borde y lucho por salir.
Ya en el otro lado, comienzo mi peregrinar hacia la puerta. En mi huida se cruza una pelusa que me enreda en su mara�a� Parecida a una selva para m�.
Ruedo con ella, forcejeo y consigo romper su pared... echo a correr exasperada.
En el ba�o casi me ahogo en una gota de agua, y el papel por poco me arrastra al fondo del servicio. Estoy tan cansada�
Al rato t� despiertas y notas mi ausencia en la almohada. Te levantas, te calzas las zapatillas, y sin darte cuenta pisas una pelusa desgarrada. Llegas al ba�o, tiras de la cadena, me llamas�
Y me encuentras en la cocina, balanceando las piernas en la silla. En la mesa un inmenso caf� con cuchara, que me sirve de catapulta, y un Donut por flotador�ahogada, desgre�ada con el pelo lleno de pelusa�
Y tu sonr�es y me besas... y entonces, �me hago gigante! El suelo se hace remoto, abajo...el caf� min�sculo, el Donut escaso.
Y yo agradezco el beso de la ma�ana, el beso mas beso, el que me hace dejar de estar peque�a y desinflada, y me da alas para continuar con el resto de mi d�a.