jueves

Crunchy

Siempre buscando por ahí, loco por sentir, soy un infeliz de pelo corto y mente larga.

¿Son posibles las amistades peligrosas?, quizá la pregunta no se entienda, todo es mirarla según convenga. Uno piensa en el amor, que suele ir por encima de la amistad y destroza la vida de quien lo porta; no en el momento en que lo porta, si no mas bien cuando éste se va, se roba o se sustrae vilmente.

Este amor viene y va; se marcha tras largos tiempos de locura juvenil. Viene con ella y su sonrisa pícara, su ademán de vergüenza; pelo al viento y veinte años de soledad. Y te preguntas, ¿qué hace ella por mi? qué esperas de una sonrisa, veinte años, un proyecto y un beso en la cara. Eso es amistad. Peligrosas son las palabras que no has de urilizar, que no debes vivir, si a ella no quieres hacerle daño. Y ya me pongo en tercera persona, porque yo ni me cuestiono el hecho de hacerle daño. Ya lo dijo Rosana, si tu no estás aquí, me sobra el aire.

Intentar volver a la rutina del amor y sus encantos, sus peleas, besos y abrazos. Descubrir por enésima vez que no soy perfecto y que no sirvo para amar a largo plazo. Que las rosas me cuelgan del brazo, marchitas, mojadas por la lluvia de mis propios ojos, y no hay forma que subida a tu escalera bajes, a besar mi cabeza, mi pecho.

Y ¿sabes quién gana siempre al final? Cúpido que con sus flechas se rie de Destino, Mente y Alma, atesorando corazones de invalidos jovenes atormentados por la falta de cariño y amor.